20051024

MTM (Ej) (r) Miguel Angel Bustamante


EN EL 191 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE CARABOBO
MTM (E) Miguel Ángel Bustamante (1)
Secretario General de la Sociedad Bolivariana del Táchira



Serán sencillos y modestos los conceptos a que he de referirme, que por ser elementales, ellos son igualmente básicos. Para mí es un honor pronunciar la palabra hoy, aquí, en este lugar, por especial designación del Señor Doctor José Pascual Mora García, Presidente de nuestra Institución, quién en estos momentos se encuentra frente a las Cinco Águilas Blancas, allá en la Ciudad de los Caballeros.
191 años se han hundido en la inmensidad de los tiempos, desde que en la Sabana del Corazón de Venezuela, apareció Bolívar; Bolívar y Carabobo; Carabobo y Bolívar y hoy volvemos a Carabobo. La condición de la Estrategia Militar es ampliamente conocida en la historiografía sobre el Libertador. Sin embargo, no ha sido suficientemente estudiada su formación Francesa en el Arte de la Guerra. Incluso algunos piensan que Bolívar poco conoció el Arte de la Guerra, y nada más alejado de la realidad; pues además de los Tratados acerca del Arte de la Guerra de Monte Cuculí, Bolívar tuvo Formación Militar Francesa en el año 1.802. Todavía se conserva en la famosa Academia Militar “L´ Ecote Royale Militar” de Francia, un Busto junto a los Ex- Alumnos célebres, entre los que se destaca a Simón Bolívar. Al respecto nos señala el Gran Historiador Marco Aurelio Pérez Vila: Cito “Bolívar en Sorez adquirió algo más que la ilustración en Textos; fue dotado de métodos, reglas y aprovechó disciplinas heredadas de la Secular Pedagogía Francesa, Escolástica de la Soborna, humanismo del Colegio de Francia; Prédica y Métodos de los Enciclopedistas”. Fin de la Cita. Pero hay que volver a Carabobo; los méritos del Libertador como Estratega Militar fueron puestos a prueba en aquella Primera Batalla de Carabobo el 28 de mayo de 1814. Aquel día se midió con uno de los Mariscales de Campo más preciados de la Infantería Española, el Mariscal Juan Manuel Cajigal y Niño. El Libertador fue el primero en infringirle una derrota y fue en la Primera Batalla de Carabobo, conocida en la Historiografía Venezolana con el nombre de la “Primera Batalla de Carabobo”, para distinguirla de la Segunda y más célebre que se dio en aquel mismo campo el 24 de junio de 1821. Como caso curioso se puede señalar que este Mariscal fue Primo Directo del Preclaro Ingeniero, Matemático y Coronel de nuestra República el Gran Juan Manuel Cajigal y Odoardo. Fue educado en España y Francia, regresando a Venezuela a fines de 1828, ofreció sus servicios al Doctor José María Vargas y en 1831 el General en Jefe José Antonio Páez, creó y lo encargó de la Academia de Matemáticas y fue Institución que produjo a la Patria inmensos frutos, permitiendo formar una Oficialidad Ilustrada, que dio a la República por largos años un Ejército Regularizado, Oficiales inteligentes que comprendieron el honor de su Carrera Militar y que hoy se recuerda en nuestra Academia Militar los antecedentes históricos que por Decreto de la época se ordenó que la célebre Escuela de Matemáticas de la Universidad Central, sirviera de Escuela Militar bajo la dirección del Ilustre Sabio Coronel Juan Manuel Cajigal. Pero volvamos a Carabobo; aquel 28 de mayo fue raíz y almendra del servicio y espíritu patriota para aquellos Oficiales y soldados predestinados, que fueron protagonistas de hechos históricos y que la historia los señala como héroes, porque aprendieron la Lección y siguieron el rumbo del honor para ceñirse las guirnaldas de laureles en la frente pensadora, como reconocimiento a la generosidad de sus vidas en los campos abiertos al valor. Y cayó en el campo de honor el Cabo 1º (Ej) Erick Russa Graterol, quien también pasó a formar parte de la historia de Carabobo. Y volvamos a Carabobo con Bolívar, Urdaneta, Mariño, Bermúdez, Valdéz, los dos Palacios, Monagas, Rondón, José Laurencio Silva, Antonio José de Sucre, Pedro Sucre y Alcalá, Manuel Cedeño, José Felix Rivas, Ambrosio Plaza, Gregorio Carvajal, José Antonio Plaza y el extraordinario Artillero Diego Jalón, Epónimo de nuestra Escuela de Artillería. Cinco horas duró la acción y se logró el racimo de la heroica cosecha sembrada por el más genial de los Hortelanos Simón Bolívar y recogida por la bisoña gallardía de patriotas que aprendieron el Arte de la Guerra, para derrotar en el Crucero del Acierto a un Ejército más numeroso, preparado y en una batalla cruenta y encarnizada, pero que nos señaló el rumbo para el 24 de junio de 1821. Pero sigamos el rumbo a Carabobo con la notable participación de alguno de sus hijos de este pedacito de tierra de la Tachiranidad, la mayoría de ellos en el olvido de la historia no recogida, del drama de sus sueños y sombras. Ellos quedaron sembrados en la tierra como semilla y levadura de la conformidad. Otros quedaron en el atajo, donde nadie pudo colocar ni siquiera el piadoso estímulo de una Cruz. Pero la II División de Infantería; la 21 Brigada de Infantería y la Sociedad Bolivariana del Táchira los recuerda; todos ellos y muchos más pueden rescatarse de la esperanza perdida en la callada resignación de los años. Fueron héroes y hoy en la soledad del tiempo sólo la gloria puede interpretarlos. Y Bolívar volvió a Carabobo y marcó el rumbo de la victoria, con la llama del calor humano de sus hijos; tal vez señalando y recordando la generosa y anónima sangre que ensanchó cauces de la gloria, porque la Primera Batalla de Carabobo fue el Santuario del esfuerzo y del sacrificio por la Causa de la Independencia. Lo cierto del caso es que ese día 28 de mayo a la 1 de la tarde, Simón Bolívar además de demostrar su Don de Estratega Militar, unificó el mando militar en la Gesta Independentista, pues el General Santiago Mariño reconoció en el propio Campo de Operaciónes a Simón Bolívar, al expresar, Cito: “Una sola persona puede ser el Libertador, y ese es Ud.”, fin de la Cita. Y volvamos a Carabobo con la notable participación de algunos hijos de la Grita, entre ellos Juan Nepomuceno Rincón, quién el 17 de abril de 1813 se le unió al Libertador y lo acompañó en las Acciones de Carache, Niquitao, Los Horcones, Taguanes y fue sublime en las contiendas de San Mateo, Bárbula y al lado de Bolívar como
Guardia de honor y junto a 5 mil hombres, llegó a la Sabana de Carabobo y destrozaron al Ejército Realista y con él al Mariscal de Campo Juan Manuel Cajigal y Niño, a los Coroneles José Ceballos, Sebastián de la Calzada, José Miguel Salomón, Iglesias, y Bobadilla y en poder de los patriotas quedaron 3.000 hombres entre muertos, heridos y prisioneros; cinco mil fusiles; nueve banderas; cuatro mil caballos, inmensos parques, cañones, víveres, ganado, sillas, frenos y hasta el Orden de Batalla. Y Juan Nepomuceno Rincón con Bolívar volvió a Carabobo el 24 de junio y lo acompañó en las Batallas del Corral de Bonza, Gámez, Pantano de Vargas, Boyacá y con el General Antonio José de Sucre su compañero de Carabobo, actuó en el Campo Inmortal de Ayacucho; alcanzó el Grado de Capitán y sobrevivió a su Libertador, murió en Bogotá el 20 de julio de 1858, donde son recordadas sus hazañas. Hoy recordamos la acción militar de Carabobo con la participación de los Bat. Inf. “Carabobo” y “Antonio Ricaurte”; del GAC “Coronel José Genaro Méndez” y el BA “General Juan Antonio Paredes”. Y el Estandarte del BI “Carabobo” recibe la Condecoración Medalla “Honor al Mérito Bolivariano” en su Única Clase. Hoy sonó al viento el toque de corneta y se oyó como clarinadas, al igual que se oyó la Diana en el Campo Inmortal de Carabobo. Hoy también la Sociedad Bolivariana del Táchira está exaltando el papel del Soldado Venezolano y con él a los Generales William Warrick Blanco y Oscar Gilberto Carrizales Pinto; Tcnles. (Ej) Jorge Luis Rivillo Campos y Alexis Rafael Escaméz; MTM (GN) Pedro Daniel Soto Franco; Sub-Teniente José Luis Bogado Castellano y Don Rafael Enrique Ojeda Camperos. Estamos recordando con ellos y con el Ejército Venezolano “Forjador de Libertades”, la significativa Efemérides que rememora la Primera Batalla de Carabobo. Estamos identificados con el Soldado Venezolano, que es orgullo y engrandecimiento de nuestro país y que con espíritu patriota impulsó la Causa Republicana y le regaló a la Nación su Independencia.
Y Bolívar estuvo doce veces en San Cristóbal y en este suelo planificó la Campaña y Batalla de Carabobo. Dejó a Carabobo y se fue al Sur para convertirse en Alfarero de Repúblicas y con Carabobo llegó a San Pedro Alejandrino; se bajo del caballo, colgó su uniforme y sus espuelas y se echó a morir allá en suelo Colombiano, pero en el Panteón Nacional es donde son fecundas sus cenizas. Invocando al poeta Miguel Otero Silva, recordamos que Simón Bolívar sigue caminando con su Fuerza Armada y con nosotros y está mas despierto que nunca, así decía: “Su pueblo está vivo, Pueblo vivo y en marcha con la mirada fija en la Bandera libre que tremoló la sombra. Arar nunca es malo, ni en el Mar”.

(1) Palabras pronunciadas por el MTM (Ej) Miguel Ángel Bustamante, con motivo de cumplirse el 191 Aniversario de la primera Batalla de Carabobo.

20051002

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